Anillar un pájaro supone darle una identidad única, que permitirá su seguimiento en cualquier lugar del mundo y conocer la evolución de su especie.
Desde hace varias décadas el anillamiento de aves ha sido una herramienta importante en la investigación científica de poblaciones de aves. Especialmente ha sido útil en las especies migratorias utilizándose para obtener información de rutas de migración (distancias y estimación de tiempos de vuelo), sitios de invernada, reproducción y parada.
Cualquier registro de un ave anillada, bien a través de su recaptura y posterior liberación, bien por su recuperación final como ave muerta, nos ofrecerá gran cantidad de información sobre su vida, en especial acerca de sus movimientos. Trazando las líneas de vuelo definidas por los pares de datos anillamiento-recuperación, es posible definir las rutas migratorias, así como sus áreas de descanso, ofreciéndose así información muy valiosa en la planificación de sistemas integrados de espacios protegidos para las aves.
Otra información derivada de las recuperaciones y controles incluye parámetros poblacionales (por ejemplo, tasas de supervivencia, éxito reproductor acumulado) que pueden resultar esenciales para entender determinados cambios en tamaños poblacionales.
TÉCNICA DE ANILLADO
Esta técnica consiste básicamente en colocar anillos en las patas de las aves, para poder identificarlas luego. Simultáneamente se toman datos biométricos (medidas del cuerpo) de éstas y sobre el lugar y fecha de anillado.
En la mayoría de los anillos se encuentran incluidos dos tipos de datos:
- un código alfanumérico: que será referencia para el investigador que anilló el ave y que permitirá saber los datos del ave anillada.
- un contacto o dirección: que le permitirá a la persona que encontró el ave anillada comunicarse con el investigador o la institución a la que pertenece para ponerlos en conocimiento del hallazgo.